El día que pasé allí fue bastante agradable pero, como siempre, me irritaron los 30 minutos de espera entre carreras. Eran demasiado largos. Uno puede sentir que su vida está siendo machacada hasta quedar reducida a papilla gracias a toda esa inútil pérdida de tiempo. Quiero decir que uno lo único que hace es estar allí sentado en su silla oyendo todas esas voces que hablan sobre quién debería ganar y por qué. Es realmente repugnante. Uno piensa a veces que está en un manicomio. Y en cierta forma lo está. Cada uno de esos idiotas piensa que sabe más que los otros idiotas, y allí están todos metidos en un mismo sitio. Y allí estaba yo, allí sentado con ellos.

Comentarios

Entradas populares de este blog